Hoy en día, todo es inteligencia artificial. O al menos eso dicen… Basta con agregar “AI” al nombre de la herramienta y, de pronto, ya estamos hablando de tecnología “innovadora” y “futurista”. Pero basta de mentiras: pegarle un chatbot a una app no la vuelve “AI-powered”. Al menos no cuando esos chatbots no entienden nada, no resuelven dudas y solo terminan sacando de quicio a quien los usa. Al final, en vez de ayudar, solo agregan una capa de frustración con etiqueta tecnológica.

El problema no está en la tecnología, sino en su uso superficial. Las verdaderas oportunidades no se encuentran en presumir el uso de IA, sino en darle sentido, en crear soluciones que realmente resuelvan algo importante para las personas. Y ahí solo unos pocos se atreven. El resto se queda en el show de las “features”, en esas apps que prometen transformar tu negocio y, al final, solo entregan lo mismo de siempre: automatización genérica, respuestas robóticas y sistemas sin alma.

¿De qué sirve implementar IA si lo único que conseguimos es complicar procesos? ¿Qué valor tiene agregar un botón “inteligente” si los usuarios terminan más perdidos que antes? La industria del software parece obsesionada con el hype, compitiendo por ver quién lanza primero la última función “AI-enabled”, sin preguntarse si eso resuelve un problema real.

La diferencia está en el propósito. Cuando la tecnología es solo tecnología, se convierte en ruido, en humo. La IA real, la que importa, no se nota por el chatbot que responde, sino por las decisiones que permite tomar, los problemas que anticipa, la forma en que amplifica lo que ya somos capaces de hacer.

Por eso, en Epsilon Technologies apostamos por construir soluciones con sentido, no por presumir la última buzzword. Porque el futuro no será de quienes simplemente tengan más IA, sino de quienes usen la inteligencia, humana y artificial, para crear valor. El verdadero reto no es “sumar IA” a cualquier cosa, sino preguntarse:
- ¿Cómo mejoramos y eficientizamos este proceso?
- ¿Estamos resolviendo lo esencial para las personas y las empresas?

Si no es así, poco importa cuántas veces digamos “AI-powered”.