De escribir código a orquestar inteligencia
Midjourney/Epsilon Technologies Illustration.
Sep 23, 2025
El desarrollo cambió para siempre. Bienvenidos a la economía de asignación inteligente, donde orquestar humanos e IA vale más que dominar cualquier framework.
Algo curioso está pasando en las oficinas de desarrollo de software. Los mejores programadores están dejando de escribir código.
Siguen siendo tan técnicos como siempre, pero ahora pasan sus días orquestando: coordinando agentes de IA, supervisando desarrolladores junior, y diseñando la experiencia completa del producto que están construyendo.
Es fascinante de observar porque están siendo más productivos que nunca, pero si los vieras trabajar, pensarías que no están programando en absoluto.
Esto nos hizo pensar en algo que hemos estado viendo por todos lados: estamos presenciando el fin del programador como lo conocíamos, y el nacimiento de algo completamente nuevo.
El Cambio de Paradigma
Durante años, la ecuación era simple: aprende a programar, domina algunos frameworks, mantente al día con las nuevas tecnologías. El valor residía en tu capacidad de traducir ideas a código de manera eficiente.
Pero algo fundamental está cambiando. Ya no se trata de cuánto código puedes escribir, sino de cuánto puedes lograr sin escribirlo.
Piénsalo así: antes éramos una economía donde el valor estaba en saber cosas. Sabías JavaScript, sabías React, sabías cómo optimizar una base de datos. Ahora estamos migrando hacia una economía donde el valor está en asignar recursos de manera inteligente.
¿Debería este feature ser desarrollado por un humano o generado por IA? ¿Vale la pena invertir 40 horas de desarrollo o puedo resolver esto con un prompt bien construido? ¿Cuándo tiene sentido entrenar un modelo personalizado versus usar uno genérico?
Es como pasar de ser un contador a ser un gestor de inversiones. Misma industria, habilidades completamente diferentes.
En nuestros proyectos, hemos empezado a ver un nuevo tipo de profesional emergiendo. No es exactamente un desarrollador, no es exactamente un diseñador, no es exactamente un PM.
Los llamamos "product engineers" y son fascinantes de observar trabajar.
Toman una idea, digamos, "necesitamos una aplicación para que los usuarios puedan rastrear sus hábitos", y en lugar de abrir VS Code, empiezan preguntando: ¿Cómo debería sentirse esta experiencia? ¿Qué tipo de datos necesitamos capturar? ¿Cómo podemos hacer que el onboarding sea tan simple que alguien pueda empezar a usar esto en menos de 30 segundos?
Luego orquestan. Un poco de IA para generar el MVP inicial. Un diseñador para refinar la experiencia. Algunos desarrolladores para los componentes más complejos. Y ellos coordinan todo, manteniendo la visión cohesiva del producto.
Lo verdaderamente valioso es que nunca pierden de vista la experiencia completa del usuario, pero tampoco se ahogan en detalles técnicos irrelevantes.
El Estándar de Perfección
Desde una perspectiva de producto, sucede una cosa fascinante. Los usuarios tienen una relación completamente diferente con las aplicaciones generadas por IA versus las tradicionales.
Si una aplicación normal tiene un bug, los usuarios se frustran pero entienden que "a veces pasa" y probablemente regresan después de una actualización. Pero con IA es diferente: si produce algo incorrecto o confuso, la confianza se rompe instantáneamente.
Es como la diferencia entre un restaurante y un chef personal. Si el restaurante te sirve algo mal, piensas "tuvieron una mala noche." Si tu chef personal te sirve algo mal, cuestiona toda su competencia.
Esta realidad ha empujado a toda la industria hacia estándares de calidad que antes eran impensables. Ya no es suficiente que algo funcione "la mayoría del tiempo." La IA tiene que ser consistentemente excelente, lo que significa sistemas de validación más sofisticados, bucles de retroalimentación en tiempo real, y arquitecturas que se auto-corrigen antes de que el usuario note cualquier problema.
Irónicamente, esto está elevando la calidad de todos los productos tecnológicos.
Capital Inteligente: La Nueva Ventaja Competitiva
Los líderes exitosos del futuro van a ser como gestores de capital, pero en lugar de asignar dinero, van a asignar inteligencia: recursos humanos, computacionales, y artificiales.
¿Este proyecto requiere un equipo completo o puedo resolverlo con IA y una persona supervisando? ¿Cuánto "cómputo" vale la pena invertir para obtener una respuesta más precisa?
Estas decisiones parecen técnicas, pero son fundamentalmente estratégicas. El problema es que la mayoría de las empresas están navegando esta transición sin un mapa claro, tomando decisiones ad-hoc que pueden resultar costosas a largo plazo.
Lo que necesitan es un aliado que entienda tanto la tecnología como las implicaciones de negocio, alguien que pueda ayudarles a desarrollar criterios claros para estas decisiones de asignación y optimizar la gestión de recursos desde el primer día.
Porque no se trata solo de adoptar nuevas herramientas, sino de reimaginar cómo funciona el proceso completo y tener el acompañamiento adecuado para hacer esa transición de manera inteligente. Lograr una transición tecnológica de forma estratégica, permite capturar ventajas competitivas que se vuelven difíciles de replicar.


